IDIÁQUEZ Y REBÓLLEZ
Desnudar a un santo para vestir a otro. Creo que se dice así, pero aquí ocurrió que a un santo se le despojó y al otro no se le vistió.
En los años cuarenta predominaban en nuestra ciudad dos cosas, el fervor religioso y el hambre. Hambre porque hubo guerra, teníamos estraperlo (del que se aprovecharon los listos de siempre), las mamás se las deseaban para satisfacer a sus retoños con las cartillas de racionamiento, y los papis hacían jornadas de mañana y tarde para que les llegase a todos. Y a la vez había un extendido fervor religioso. Todo el mundo a misa el domingo (no se podía trabajar) y un montón de curas y frailes por parroquias y conventos predicando el amor fraterno.
Y había una parroquia que tenía en la sacristía dos santos: Idiáquez y Rebóllez, pero solo había vestiduras para Idiáquez, que era el que salía en las procesiones de semana santa a hombros de costaleros (costaleras no) mientras que el público venga a rezar. Pero un buen año el párroco se aburrió de Idiáquez y pensó que había que sacar a Rebóllez, al menos a que le diese el aire. Pero como no había ropa para los dos, pues una tarde le quitó la ropa a Idiáquez para vestir a Rebóllez al día siguiente y sacarle en la procesión. Y al siguiente día entró el párroco en la sacristía para vestir a Rebóllez y buscó la ropa de Idiáquez. Pero no la encontró. La ropa había desaparecido. Buscó, buscó, y nada encontró.
Consternado el párroco, no pudo sacar a ningún santo en la procesión ese año con lo que se fue a la calle a ver el desfile de las demás parroquias. Y héteme aquí que mientras veía pasar al personal advirtió que un cofrade de otra parroquia (de la competencia) llevaba una ropa que le recordaba algo, por lo que al acabar la proce le siguió y vió que entraba en una casa conocida, que era de los papis de uno de sus monaguillos. Llamó, le abrieron, explicó el tema y los papis, avergonzados, reconocieron el hecho de que su amado hijo había cogido “prestada” la ropa del santo Idiáquez para que se vistiera su amado padre.
El párroco no dijo nada. Se fue a su sacristía, vió a sus dos santos en pelotas y les dijo: esperad a otro año, hijos míos, que hay quien lo necesita más que vosotros. Así acabó la historia de los santos Idiáquez y Rebóllez. Conocí al párroco, conocí al monaguillo, y sé que esto aconteció en nuestra amada ciudad. Diario de Burgos. 18.3.08
Desnudar a un santo para vestir a otro. Creo que se dice así, pero aquí ocurrió que a un santo se le despojó y al otro no se le vistió.
En los años cuarenta predominaban en nuestra ciudad dos cosas, el fervor religioso y el hambre. Hambre porque hubo guerra, teníamos estraperlo (del que se aprovecharon los listos de siempre), las mamás se las deseaban para satisfacer a sus retoños con las cartillas de racionamiento, y los papis hacían jornadas de mañana y tarde para que les llegase a todos. Y a la vez había un extendido fervor religioso. Todo el mundo a misa el domingo (no se podía trabajar) y un montón de curas y frailes por parroquias y conventos predicando el amor fraterno.
Y había una parroquia que tenía en la sacristía dos santos: Idiáquez y Rebóllez, pero solo había vestiduras para Idiáquez, que era el que salía en las procesiones de semana santa a hombros de costaleros (costaleras no) mientras que el público venga a rezar. Pero un buen año el párroco se aburrió de Idiáquez y pensó que había que sacar a Rebóllez, al menos a que le diese el aire. Pero como no había ropa para los dos, pues una tarde le quitó la ropa a Idiáquez para vestir a Rebóllez al día siguiente y sacarle en la procesión. Y al siguiente día entró el párroco en la sacristía para vestir a Rebóllez y buscó la ropa de Idiáquez. Pero no la encontró. La ropa había desaparecido. Buscó, buscó, y nada encontró.
Consternado el párroco, no pudo sacar a ningún santo en la procesión ese año con lo que se fue a la calle a ver el desfile de las demás parroquias. Y héteme aquí que mientras veía pasar al personal advirtió que un cofrade de otra parroquia (de la competencia) llevaba una ropa que le recordaba algo, por lo que al acabar la proce le siguió y vió que entraba en una casa conocida, que era de los papis de uno de sus monaguillos. Llamó, le abrieron, explicó el tema y los papis, avergonzados, reconocieron el hecho de que su amado hijo había cogido “prestada” la ropa del santo Idiáquez para que se vistiera su amado padre.
El párroco no dijo nada. Se fue a su sacristía, vió a sus dos santos en pelotas y les dijo: esperad a otro año, hijos míos, que hay quien lo necesita más que vosotros. Así acabó la historia de los santos Idiáquez y Rebóllez. Conocí al párroco, conocí al monaguillo, y sé que esto aconteció en nuestra amada ciudad. Diario de Burgos. 18.3.08
13 comentarios:
Hola, Manzacosas.
Tu relato es brillante y como la vida misma de aquellos años de la posguerra. Únicamente deslucido, en Diario de Burgos, porque se les ha colado un "no", antes de vestir, en la primera frase.
Saludos
Estos santos van a coger un resfriado. Pobres.
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Cómo me gustan estas entradas tuyas en las que cuentas anécdotas, con sabor a otros tiempos.
¡Viva el párroco! ¡Vivan San Idiaquez y San Rebollez! y que carguen los costaleros las costaleras costaleamos todos los días del año cargando la compra
Hola a todos. PEDRO: el no se me coló a mí. No es culpa del Diario. Lo siento, pero la verdad ante todo. Un saludo
Gracias, PEDRO, por tu ambilidad, pero tén en cuenta que estaban ya acostumbrados a los fríos de las sacristías. Eran unos héroes. Otro saludo
Amiga MAFI. ¿piensas que solamente las chicas hacéis la compra? Te desafío a comprar cosas en el mercado. Hoy he encontrado una merluza (de las de comer) maravillosa. Tercer saludo
¿ Alguien ha visto un santo desnudo ???? El santo mas desnudo que recuerdo es San Sebastián y siempre he pensado que tiene mucho de carnal...¿¿ tendré la mete sucia???
Ja,ja,ja... lo que me he reido con tus santos... España es indudablemente un país surrealista... ¡Genial amigo Manza! Besotes, M.
Me encanta como escribes amigo. De rechupetearse los dedos.
De santos no tengo mucha idea por lo de la picazón que te comenté en su día. Pero por lo menos hombres de buen corazón parece que sí que quedan.
Esta Mafaldia me hace mucho "de reir"
Por cierto, no entiendo por qué escribes en DB con lo retroº que son.
¡Sorpresa! Acabo de leer el Diario de Burgos, tu columna.
De toda la vida, Señor Manzacosas, y yo con estos pelos.
Hola a todos. Para BRGS. La verdad es que no sé por qué razón pintan a San Sebastián en pelotas. Nunca lo entendí.
MERCHE. Hay tantos santos en este país...
BIPOLAR. Pues claro que hay gente de Burn corazón. Oye,. ojo con MAFI, que es una gran pecadora, como yo, y como yo va a ir derechita al infierno. En cuanto a escribie en DB, a lo mejor éllos con retros, pero yo no, y mientras me dejen, pues seguiré.
Amiga PILAR. ¿Ahora te enteras de que escribo una columna semanal en DB? Pues lo sabe todo el mundo. Y mira, menos unas poquitas, el resto de mis entradas las he publicado antes en DB. Me toca los martes. Pero ahora estoy haciendo cosas solo para vosotros. Me entretengo, sin más pretensiones. Un saludo
snif, snif, si es cierto que soy muy pecadora de la pradera, pero, pero YO QUIERO IR AL CIELOOOOOOO, por eso soy la madre superiora de mi congregación (a ver si apañamos algo), y aunque el DB sea retro, es la hoja parroquial y es la única, yo la leo asiduamente, porque el correo ofrece menos información (me parece), Radio Arlanzón es lo mejor.
Hola, MAFI. Que no. Que lo mejor es pecar, pecar y seguir pecando hasta el infinito. Y al infierno de cabeza. Y me apunto, que me han dicho que se pasa muy bien tomándoles el pelo a los opusinos. Me lo han dicho mis espías. Viva el infierno
Me ha encantado tu relato, genial, me he parecido muy tierno... por fin un cura que entiende lo que son las prioridades.
Saludos^^
Hola, DIANNA. Quizá no tengas razón. He conocido curas con verdadero sentido común y entregados a los demás. El problema no está en éllos, sino en quienes les mandan, los obispos y la administración eclesiástica. Un saludo
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