lunes, 19 de octubre de 2009

EL REINCIDENTE

EL REINCIDENTE

Hola. Reincido en volver a veros, a saludaros, a desearos lo mejor después del año transcurrido. Un año más. Y un año más en las circunstancias nuestras es de agradecer. Pero agradecer ¿a quién? Aquí cada uno tendrá sus preferencias. Pero no quiero ponerme serio, que sabéis que no me va. Tampoco me va el cachondeo absoluto, pero me gusta más el sentido del humor que la trascendencia con que en ocasiones nos vemos a nosotros mismos. Al fin y al cabo, un cáncer es un cáncer, celulitas que se comen unas a otras y que pueden dar al traste con ese jodido cuerpo humano en el que estamos o con el que estamos, que nunca se sabe.

Poco he ido por la Asociación en este año. ¿Falta de tiempo? ¿pereza? Todo puede ser y no ser a la vez. Pero sí sé que en la Asociación estáis todos bien, y que funciona como un reloj gracias a los esfuerzos de los colaboradores cuyos nombres conocéis y que no cito para que la vanidad no se les suba a la cabeza.

Ha habido más altas, hay gente nueva, incluso he visto a una señorita o señora dando clases del bien hablar, y a ver si aprendéis a no hablar mal, sobre todo algunos, que se oye cada taco que vamos.... Hace falta tener paciencia para enseñarnos a nosotros, porque además de que nos cuesta hablar somos algo burrillos. Sí es cierto que poco a poco avanzamos en nuestra verborrea, y dicen quienes nos rodean que cada vez hablamos mejor. Qué diferencia con aquellos primeros pasos, con aquel primer “pepe” que tanto costó pronunciar. Con qué concentración hacíamos los ejercicios de respiración para conseguir aprovechar el aire del esófago y articular primero sílabas, luego palabras, y con algo de optimismo hasta frases seguidas. De ahí que anime a los principiantes a que no pierdan la paciencia, que con tiempo y esfuerzo se consigue. De verdad que con un poco de buena voluntad hasta se nos entiende. Quién lo iba a decir.

Decía que soy reincidente. Pues sí, lo soy por partida doble, porque en este año, en abril, se me detectó un regreso a mi cuerpo serrano de esas jodidas celulitas hambrunas de otras celulitas y tuve que someterme a tratamiento de quimio. En la ocasión anterior, y va a hacer cinco años, fue la radio, y lo pasé mal, pero esto de la quimio no es que sea jodido, es que es superjodido, porque te deja planchado. No lo sabía, y mira por dónde ya lo he aprendido, con lo que entiendo a los sufridores de la quimio. Total, que he aprendido a tener más paciencia, a seguir confiando en los médicos y enfermeras y en mí mismo, que también es importante, pues si no tuviésemos esas ganas de superar el tema no saldríamos adelante. Tengámoslo claro.

También es cierto que no soy el único reincidente entre nosotros. Hay más, y a éllos dedico con especial cariño estas líneas, para que sepan, y sepamos todos, que no estamos solos, que nos hacemos compañía unos a otros, que nos ayudamos con los ánimos que nos infundimos mutuamente. O sea que, principiantes y reincidentes, adelante con los faroles, que todo es posible si nos lo proponemos. No olvidemos que la Asociación está para eso, para que podamos vernos, saludarnos, cambiar impresiones... En el fondo estamos utilizando, sin saberlo, técnicas de terapia de grupo.

Y no me gusta la seriedad. Lo digo en serio. Esa seriedad trascendente que a nada conduce y que puede hasta ser perjudicial. Os pongo un ejemplo. En la Asociación de León se empeñan ahora en recoger firmas para enviar al gobierno y que por éste se exija a las tabaqueras que den a conocer la composición de los cigarrillos. Vano empeño. Esto es como si dijésemos al fabricante de Coca Cola que publique su fórmula. ¿Cómo un fabricante tolerado por los Estados va a publicar la composición de su producto? Eso no sirve para nada, salvo para quemar a la gente en esfuerzos inútiles. ¿Veis por qué no hay que ponerse serios? Otra cosa sería si esa recogida de firmas lo fuese para que el gobierno dictase de una puñetera vez la norma por la que se prohíba fumar en espacios públicos cerrados, sin excepción alguna. Eso sí valdría la pena.

Tampoco es que con eso me haya vuelto serio, que no lo pretendo. Simplemente quiero decir que debemos dosificar nuestros esfuerzos en algo que realmente se pueda conseguir, no en empeños inútiles. Y siento criticar al Presi de los leoneses, pero también creo que debo decir lo que pienso. Y precisamente dosificando nuestros esfuerzos es como conseguiremos algo, poquito a poco, que es como debemos avanzar en nuestro aprendizaje y en nuestra inserción en esa jodida sociedad que poco tiene de generosa, como dice su propaganda. Bueno, pues un saludo a todos con el afecto de siempre de este reincidente. Facultad de Medicina.

lunes, 24 de agosto de 2009

EL GARILLETI



EL GARILLETI

Fue uno de los más importantes bares de Burgos; se sabe que existía ya en 1.935 y tenía una situación privilegiada al estar (años 40 y 50) a la entrada de Burgos viniendo de los cuarteles, época en que había en Burgos varios miles de soldados (el ejército de Yagüe). Cuando les soltaban salían disparados hacia la estación de ferrocarril y lo primero que se encontraban era el Garilleti. Miles y miles de bocadillos vendió Garilleti en esa época.


Se reformó hacia 1.964 y ya estaba Aurora al frente con sus hijos, salvo Ricardo, que se casó con Milagros Peña y se instaló en el bar Ricardo, donde Milagritos daba de comer de maravilla. El pequeño, Pedrito, falleció joven, y de él se cuenta como anécdota que cuando no le llegaba lo que le daba su madre se acercaba al bar, tiraba unas monedas al suelo y mientras su madre y su hermana las recogían, él metía mano al cajón y se llevaba algún billetito, pero sin pasarse. Quedaron, pues, con Aurora dos hijos, la Moña y Jose. el Zorro, y durante muchos años vendían tortillas, pimientos verdes, bonito, pichones, y buenas comidas en la primera planta. El camarero era Alfonso, alias el Portu, hijo de Gregorio Carmona, autor del libro sobre las rúas burgenses, cuya lectura recomiendo si bien salvando sus patrióticos y pelotilleros comentarios (no en vano le dieron un estanco).

Comenzamos a frecuentar el Garilleti sobre el 67 o 68. La costumbre era (ley de barra) que el primero que llegase invitaba a los demás, pero como había algún cuco, (hoy hay uno al que llamamos el Periscopio, se asoma a los bares y si hay un conocido entra y si no busca en otro bar), ideamos lo de pedir y pagar cada día uno, aunque siempre aparecía a última hora algún listillo. Un contertulio era Avelino Arnáiz, el dueño del Almirante, quien cada vez que entraba daba la mano a un pichón estofado que había en la barra, con gran cabreo de Jose, el Zorro, pues el pichón era siempre el mismo. Como las mismas eran las tortillas, apiladas en una torre a la izquierda. Su aceite caía en el plato hondo de abajo, y de vez en cuando Aurora daba la vuelta a la torre, con lo que las jugosas quedaban arriba y volvían a soltar aceite. Esas tortillas duraban la tira.

Santi el fotos de vez en cuando se agachaba, soltaba la voz de “una ronda”, el Zorro o la Moña ponían los vinos
y a la hora de pagar venía el normal mosqueo de ambos hermanos. Al final siempre se pagaba, pero el cachondeo era el cachondeo. Tenía unos vinos excelentes, sin denominaciones de origen ni bobadas. El blanco no recuerdo de dónde venía. Los tintos, de Rioja y de Cariñena, dulce y pastoso, estupendo. Y los claretes, de Alesanco y de Cordovín, éste mucho más pálido. Siempre en pellejos. Por cierto que en esos años íbamos a por clarete tanto a la Ribera como a Alesanco, donde comprábamos el vino a Pedro Botero a 300 pelas la cántara. Con gasolina y comida en el Rincón de Emilio (un buen cocido) el vino salía a muy bien precio, a unas 30 pelas la botella.

Los Garilleti murieron. Sólo queda Ricardo, ya jubilado, como también Milagritos, y el bar Ricardo ya nada tiene que ver con lo que era. Bueno, perdonad las nostalgias. Un saludo. Facultad de Medicina.

lunes, 11 de mayo de 2009

LOS CODICIOSOS




LOS CODICIOSOS

Vaya líos en que me meto. Resulta que me han pedido que me defina sobre quiénes pueden ser los personajes más nocivos para la humanidad, y veo que los hay de varias clases, todas relacionadas con el poder, el dinero, las influencias, las ambiciones, las guerras, en fin, una serie de personajes a cuál más desastroso. De entre todos destaco a los codiciosos, y trataré de explicar cómo son.

Respeto hasta a los avariciosos (que sufren mucho), pero no a los codiciosos. Son las personas que teniendo un buen pasar, una buena posición económica, no piensan más que en atesorar, para lo que recurren a toda clase de argucias, trampas, engaños, mañas, mentiras, habilidades... lo que sea con tal de conseguir incrementar su capital hasta límites inconcebibles.

El codicioso no respeta nada. Se hace amigo de los poderosos, de los políticos, de los banqueros, se matrimonia si es necesario, si hace falta se divorcia (con tal de que no salga muy caro), si es necesario aguanta cuernazos de venado, traiciona hasta a su familia cuando advierte una buena operación financiera, compra personas, soborna a los políticos, todo le sirve con tal de amasar fortuna y más fortuna.

Les hay desde horteras hasta aparentes caballeros, desde quienes se compran yates de 40 metros hasta quienes se hacen con títulos nobiliarios para imprimir tarjetas de visita, que molan mucho. Salvo los horteras, que saltan a la vista, los demás pasan por caballeros, incluso con sus buenas formas y su culturilla.

Son enfermos de enfermedad hereditaria, o sea que lo suyo es genético. Llevan su codicia en los genes, y conociendo algunas hazañas de sus antepasados, no me extraña que hayan tenido estos descendientes. El caso es que nuestra historia está llena de ejemplos de gente codiciosa hasta el pelo (salvo los calvos), y es curioso que nos los presentan como triunfantes, casi como héroes. Y gracias a que ahora podemos analizar sus andanzas y sus motivaciones, que si no estaríamos llenos de héroes que matan, que trafican con esclavos, que compran y venden drogas y armas a gran escala, que organizan revueltas y golpes de estado so pretexto de restablecer el orden, la paz, la justicia y la cristiandad. De todo eso hemos tenido y tenemos. Pero se olvidan de que cada vez se les ve más el plumero y de que ya no se les respeta ni se les teme. Simplemente se les desprecia. Facultad de Medicina

miércoles, 25 de marzo de 2009

LA MOROSOLOGÍA


LA MOROSOLOGÍA

Alucinen si quieren, pero el otro día leí que existe en Barcelona, pero no me acuerdo en qué Universidad de ese adelantado país, una cátedra de morosología, que por lo visto se dedica a estudiar el fenómeno de los morosos, esto es, la existencia de señores que deben y no pagan.

Cachis en la mar, la cantidad de alforjas que se necesitan para estos viajes. Y nada menos que una cátedra, cuando aquí, en nuestra retrógrada Castilla, al moroso le hemos llamado siempre moroso y nos hemos dedicado a cobrarle (cuando se podía) pero desde luego sin empezar a averiguar ni cuándo nace el susodicho, ni a qué se debe su morosidad, ni cuando desaparece ésta, ni cosas por el estilo, porque todo es aquí bastante más sencillo. El moroso no paga o porque no le da la real gana o porque no tiene pasta, y llega a esa categoría cuando después de avisarle alguna que otra vez, sigue en sus trece. A veces es recalcitrante, sí, pero vamos, de ahí a que en una Universidad se le dedique una cátedra, que hay que crear, convocar oposiciones, cubrir la cátedra con un señor sesudo, seguramente licenciado en algo (a lo mejor en sociología) a través de una oposición, crear un temario para la cátedra, ponerle un aula para que enseñe lo que sabe, crear plazas de profesores auxiliares y cubrirlas, tener alumnos que se matriculen, enseñarles lo que es la morosidad, examinarles más tarde, aprobarles o suspenderles según proceda, e incluso me pregunto cómo serán las clases prácticas. ¿Se dirá a los alumnos que bajen a la cafetería de la facultad y empiecen a dejar a deber las consumiciones? ¿sacará la mejor nota el alumno que más deudas acumule? ¿no cabe la posibilidad de que el encargado de la cafetería, cuando se entere de qué va el tema, se líe a mamporros con los alumnos e incluso con el catedrático?.

Pienso que no hace falta llegar a extremos para que se reconozca a los morosos, al menos en nuestra tierra, y no recomiendo a nuestra UBU que cree cátedras parecidas. También imagino cómo serán los concursos de morosidad. De momento adjudico el concurso a esa señora que salió en el teleberri porque pidió un crédito rápido y luego otro, y otro, y cuando se quiso dar cuenta debía una cantidad diez veces superior a la inicial y se enteró de que se había quedado sin su pisito. Hace falta ser cenutrio, en este caso cenutria, para meterse en esos

domingo, 1 de febrero de 2009

BLOGUEROS


BLOGUEROS

Me he convertido en un bloguero. Por curiosidad, más que por otra cosa, comencé abriendo una página de blog (me la abrieron, porque para esas cosas soy un negado) y a meter cositas de las que iba publicando en este medio impreso. Luego, al tener ya un blog, comencé a ver otros blogs y a leer sus comentarios, y me entró el venenillo de hacer comentarios yo también, y de atender a los que me hacían, curiosos y divertidos. Luego, ayudado por el superbloguero burgalés, me metí en Burgosfera, y ahí estoy, viendo blogs de burgaleses, leyendo sus comentarios y añadiendo alguno.

Es un mundo nuevo, diferente, de gente de buena voluntad que manifiesta a los demás sus impresiones, sus vivencias, que busca comunicación, quien le responda, quien le entienda, y ello sin ansiar nada que se relacione con la pastizara asquerosa que domina el mundo. O sea, que se trata de gente generosa y desprendida. No sé cómo serán en sus vidas, pero dudo mucho que una persona que se manifiesta tal como es en un blog pertenezca a ninguno de los variados órdenes de canallas que andan sueltos por ahí.

Hay en nuestra ciudad unos 300, y en Burgosfera más de 60, lo que da una idea de la riqueza de estas manifestaciones. La mayoría son gente joven, les hay maduritos, les hay preparados, les hay eruditos, y hay hasta algún viejecito. Los peores son los de los políticos, quienes creen que por abrir una página en Internet y decir un par de chorradas ya cumplen con este mundo. Pues van de ala porque nadie les hace caso. Aquí se hace caso al sentido del humor, de la oportunidad, a la buena voluntad, a la cultura, a los aspectos positivos que componen el buen hacer de humanidad. Y no se hace caso a lo negativo ni a lo destructivo por la sencilla razón de que no interesa a nadie. Y se critica, pero siempre desde un punto de vista constructivo, siempre deseando lo mejor para la ciudad, para sus habitantes, para sus compañeros de blogs, para todo el mundo. Pienso seguir en él y ampliar en lo posible las relaciones con blogueros de otras galaxias. Ánimo, blogueros, el mundo acabará siendo vuestro. Facultad de Medicina.

domingo, 18 de enero de 2009

YO CONFIESO




YO CONFIESO

Y confieso a mi manera. Maravillosa canción en los años 70 de Mari Trini, esa mujer que cantaba sobre la vida, la existencia, el amor, la tristeza.

Me he metido con funcionarios, ediles, taberneros, cohetantes, visionarios, cazadores, cazadotes, ambiciosos, codiciosos, en fin, con toda clase de gente que puebla nuestra Iberia, y creo que es la hora de confesarme.

Y no puedo ir, como íbamos de chavales, a los jesuítas, al padre Ibero, nuestro preferido porque estaba sordo y le decíamos toda clase de burradas. Sé de quien le dijo: me acuso de haber matado a mi padre, y el otro contestaba, pues no lo hagas más, hijo mío, y reza dos avemarías. El cachondeo con el sordo estaba asegurado, pues dijeses lo que le dijeses siempre recetaba lo mismo, con lo que tenía colas mientras sus confesores vecinos estaban en el paro miserable.

Tengo, pues, que confesarme en público, y a través de este medio, de que estas líneas me han servido para pecar metiéndome con el prójimo, y debo pedir perdón. A los funcios por acusarles de ineficaces; a los ediles pues no digamos; a los taberneros por decirles una y otra vez que son unos tabas y que lo único que les interesa es la pasta a costa de la salud ajena al permitir fumar en sus tabernas; a los visionarios como yo por intentar cambiar un mundo que no se puede cambiar; a los cazadores por ir al monte a matar animales, aunque siempre serán mejores que los que quieren matar seres humanos; a los cazadotes, bueno, a esos hasta les entiendo siempre que dejen a la mujer satisfecha en el aspecto que las interesa (amabilidad, ayuda en la casa etc. ¿qué se habían pensado?); a los ambiciosos y codiciosos, bueno, a esos de pedirles perdón nada, que se vayan a freir puñetas.

Y creo que lo más sincero que puedo hacer es decir que pienso seguir metiéndome con los citados por las mismas razones que he tenido hasta ahora. Y si no, mentiría, y como no quiero mentir, a por ellos, a ver si de una vez se consigue, por ejemplo, que los taberneros impidan fumar en sus apestosas tabernas, como se hace en toda Europa sin que pase nada. Facultad de Medicina.