DERECHAS E IZQUIERDAS
Iberia es territorio en el que no se inventaba nada, pues para eso estaban los ingleses y los franchutes, y ahora los yanquis (no yonquis), que son los amos del cotarro.
Y eso de las derechas y de las izquierdas es un invento francés. Ocurrió cuando lo de su Revolución (ésa sí que fue Revolución) en la que cortaban cabezas a troche y moche con la guillotina, invento barato que se amortizó enseguida. Y cuando llevaban muchas cabezas cortadas se dieron cuenta de que algo había que hacer si no querían morir todos. Y entonces descubrieron lo de la democracia (en realidad un invento inglés) y el diálogo, que luego resultó aunque hablasen en francés. Y para entenderse dijeron: vamos a nombrar a unos de los nuestros y que los otros nombren a otros de los suyos, los juntamos a todos en una especie de circo romano grande, y que se harten de hablar. Así lo hicieron. Y como alguien tenía que dirigir el cotarro, que si no era un gallinero, nombraron a un director de la banda.
Y éste, para saber quiénes tenían unas opiniones y quiénes otras dijo algo así como que unos se sentasen a su derecha y otros a su izquierda, para tenerles más o menos controlados, y también dijo que primero hablase uno de un lado y luego otro del otro, por turnos. Los que estaban a su derecha eran los de la derecha, y los que se sentaban a su izquierda los de la izquierda.
La cosa empezó a funcionar hasta que vino un tío listo, que entró en ese circo por arriba, dando la cara al presidente y dijo: los que están a mi derecha son la derecha y los que están a mi izquierda son la izquierda. O sea, justo al revés. Y ahí sí que se armó, porque nadie entendía nada. Los de la derecha eran la izquierda y los de la izquierda eran la derecha.
Con lo que el presi del cotarro dijo que quienes quisieran cambiar de sitio o de chaqueta que fuesen al centro, y ocurrió que todos se fueron al centro dejando vacíos los sitios que ocupaban. Pero como el pasillo del centro era estrecho no cabían todos, así que venga a pegarse entre éllos por estar en el centro: insultos, patadas, puñaladas traperas, y al final todos consiguieron estar en el centro, apretados, pero en el centro. Se acababa de inventar el centro, como en la transición de nuestra segunda dictadura a nuestra segunda democracia. Todos centrados. Como ahora. Menudo follón. No hay quien les entienda. Diario de Burgos. 26.2.08
Iberia es territorio en el que no se inventaba nada, pues para eso estaban los ingleses y los franchutes, y ahora los yanquis (no yonquis), que son los amos del cotarro.
Y eso de las derechas y de las izquierdas es un invento francés. Ocurrió cuando lo de su Revolución (ésa sí que fue Revolución) en la que cortaban cabezas a troche y moche con la guillotina, invento barato que se amortizó enseguida. Y cuando llevaban muchas cabezas cortadas se dieron cuenta de que algo había que hacer si no querían morir todos. Y entonces descubrieron lo de la democracia (en realidad un invento inglés) y el diálogo, que luego resultó aunque hablasen en francés. Y para entenderse dijeron: vamos a nombrar a unos de los nuestros y que los otros nombren a otros de los suyos, los juntamos a todos en una especie de circo romano grande, y que se harten de hablar. Así lo hicieron. Y como alguien tenía que dirigir el cotarro, que si no era un gallinero, nombraron a un director de la banda.
Y éste, para saber quiénes tenían unas opiniones y quiénes otras dijo algo así como que unos se sentasen a su derecha y otros a su izquierda, para tenerles más o menos controlados, y también dijo que primero hablase uno de un lado y luego otro del otro, por turnos. Los que estaban a su derecha eran los de la derecha, y los que se sentaban a su izquierda los de la izquierda.
La cosa empezó a funcionar hasta que vino un tío listo, que entró en ese circo por arriba, dando la cara al presidente y dijo: los que están a mi derecha son la derecha y los que están a mi izquierda son la izquierda. O sea, justo al revés. Y ahí sí que se armó, porque nadie entendía nada. Los de la derecha eran la izquierda y los de la izquierda eran la derecha.
Con lo que el presi del cotarro dijo que quienes quisieran cambiar de sitio o de chaqueta que fuesen al centro, y ocurrió que todos se fueron al centro dejando vacíos los sitios que ocupaban. Pero como el pasillo del centro era estrecho no cabían todos, así que venga a pegarse entre éllos por estar en el centro: insultos, patadas, puñaladas traperas, y al final todos consiguieron estar en el centro, apretados, pero en el centro. Se acababa de inventar el centro, como en la transición de nuestra segunda dictadura a nuestra segunda democracia. Todos centrados. Como ahora. Menudo follón. No hay quien les entienda. Diario de Burgos. 26.2.08