lunes, 11 de mayo de 2009

LOS CODICIOSOS




LOS CODICIOSOS

Vaya líos en que me meto. Resulta que me han pedido que me defina sobre quiénes pueden ser los personajes más nocivos para la humanidad, y veo que los hay de varias clases, todas relacionadas con el poder, el dinero, las influencias, las ambiciones, las guerras, en fin, una serie de personajes a cuál más desastroso. De entre todos destaco a los codiciosos, y trataré de explicar cómo son.

Respeto hasta a los avariciosos (que sufren mucho), pero no a los codiciosos. Son las personas que teniendo un buen pasar, una buena posición económica, no piensan más que en atesorar, para lo que recurren a toda clase de argucias, trampas, engaños, mañas, mentiras, habilidades... lo que sea con tal de conseguir incrementar su capital hasta límites inconcebibles.

El codicioso no respeta nada. Se hace amigo de los poderosos, de los políticos, de los banqueros, se matrimonia si es necesario, si hace falta se divorcia (con tal de que no salga muy caro), si es necesario aguanta cuernazos de venado, traiciona hasta a su familia cuando advierte una buena operación financiera, compra personas, soborna a los políticos, todo le sirve con tal de amasar fortuna y más fortuna.

Les hay desde horteras hasta aparentes caballeros, desde quienes se compran yates de 40 metros hasta quienes se hacen con títulos nobiliarios para imprimir tarjetas de visita, que molan mucho. Salvo los horteras, que saltan a la vista, los demás pasan por caballeros, incluso con sus buenas formas y su culturilla.

Son enfermos de enfermedad hereditaria, o sea que lo suyo es genético. Llevan su codicia en los genes, y conociendo algunas hazañas de sus antepasados, no me extraña que hayan tenido estos descendientes. El caso es que nuestra historia está llena de ejemplos de gente codiciosa hasta el pelo (salvo los calvos), y es curioso que nos los presentan como triunfantes, casi como héroes. Y gracias a que ahora podemos analizar sus andanzas y sus motivaciones, que si no estaríamos llenos de héroes que matan, que trafican con esclavos, que compran y venden drogas y armas a gran escala, que organizan revueltas y golpes de estado so pretexto de restablecer el orden, la paz, la justicia y la cristiandad. De todo eso hemos tenido y tenemos. Pero se olvidan de que cada vez se les ve más el plumero y de que ya no se les respeta ni se les teme. Simplemente se les desprecia. Facultad de Medicina