domingo, 23 de marzo de 2008

EL PIYAYO

EL PIYAYO

A chufla lo toma la gente, pero a mí me da pena y me causa un respeto imponente.

Así comenzaban unos versos que relataban la historia del Piyayo y que aprendí de memoria hará un montón de años, y que desde luego he olvidado ya.

Y me pregunto ahora ¿quién era el Piyayo? Y tengo como recuerdo una imagen nebulosa de un varón, entrado en años, vestido de forma rara, y que se me antoja era una mezcla de payaso y de mendigo, con ropa raída y mirada triste, como esos perruchos que esperan un trozo de pan que les pueda tirar su amo.

Claro que era la España de la posguerra, del hambre, de la miseria, la de la vana ilusión, pero, eso sí, la de la esperanza. Esperanza que teníamos todos en el futuro, ese futuro que hemos conseguido labrar para nosotros y quienes nos siguen y que ya es pasado, bien lejos del actual presente.

El Piyayo, que vagaba por las calles sin rumbo fijo, sin meterse con nadie, con mirada tristona, nostálgica, apenas sin hablar, sin rumbo ni destino, simplemente vagando, sin esperar nada de nadie y sin pedir a nadie nada.

Los niños, siempre crueles, le seguían y se reían de él. De ahí venía lo de la chufla. Pero para qué le seguían y por qué se reían es algo que se me escapa, como algo que surge sin venir a cuento para nada, como esa inutilidad, inanidad, que en ocasiones encontramos en la cosas presentes que intentamos asir sin conseguirlo y que, cuando por casualidad acaban en nuestras manos, las contemplamos con indiferencia por darnos cuenta de su absoluta nadería. Como un agujero en la mano, como la nada de la nada, que para nada sirve ni nada nos da ni nos dará.

El Piyayo. ¿Cuántos Piyayos habré conocido a lo largo de mi ida? ¿cuánta gente sin utilidad ni inutilidad, vagando por la vida, pasando por su existencia sin decir nada a nadie, sin pedir tampoco, simplemente viviendo como sin vivir y muriendo como sin morir? ¿seré yo un Piyayo? No lo sé.

17 comentarios:

Anónimo dijo...

En Cine de Barrio habrán programado una media de 3 veces por temporada la película "El Piyayo". El inefable Chiquito de la Calzada, en su subproducto audiovisual "Papá Piquillo" hizo un guiño/jiño a este film de los 50 y a la anterior leyenda del folklórico mendigo malagueño.

Unknown dijo...

¡Anda ya! ¡vamos! , no eres un piyayo y sin desmerecer al piyayo, porque por muy insignificante que pudiera parecer su existencia, ese hombre tenía su hueco en el mundo y cumplió su misión, tú ahora mismo te has acordado de él y te interroga su ser. No se lo que serás Manzacosas pero, aportas tu granito de sabiduria a quien lo quiera leer, y tu vida sea como sea, es la que tiene que ser.

Merche Pallarés dijo...

No te conozco pero no creo que seas un Piyayo. Pero esa gente me embargan de una ternura y nostalgia infinitas. ¿Por qué habrán llegado o caido tan bajo? ¿¿Quizás debido a las injusticias de la vida?? (por cierto, te he vuelto a contestar sobre las iglesias fortalezas). Besotes, M.

manzacosas dijo...

Hola. Mira por dónde el UCRANIANO se sonoce perfectamente la historia del Piyayo.

MAFI. Si ya sé que no soy un Piyayo, pero es que quería destacar su existencia, porque hay montones de gente que pasan por la vida sin darse cuenta de que viven, porque simplemente están, sin más. Ése era mi mensaje

MERCHE. Te digo lo mismo. Y gracias por lo de las iglesias fortaleza de Ibiza. Lo he visto esta mañana, pero vuelvo a mirarlo por si acaso has dejado algo nuevo. Un saludo

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Yo, que sólo asistí al final de aquella época que cuentas, tengo grabadas en mi recuerdo de niño de barrio de las afueras imágenes como las que dices. Ellos, sin duda, eran más libres que nosotros.
Aquellas ciudades eran tan poco anónimas que todos los tipos tenían su nombre. La tragedia que se escondía detrás sólo la sabían cada uno de ellos.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

No tuve el guste de conocer al Piyayo, pero sí a muchos piyayos encantadores que animan el paisaje urbano, que viven sin vivir, porque tal vez viven más alla de nuestra anodina y corriente vida.
todos, creo , deberiamos ser un buen rato "piyayos", entenderiamos tantas cosas...

Teresa dijo...

A la paz de Dios

Tu entrada sí me ha recordado una persona que podría encajar. Estaba un poco loco, o se lo hacía, decían que era homosexual, pero esta no era la palabra con la que le azuzaban. Todo el mundo se metía con él, pero no hacía nada. No incordiaba a nadie. Respondía muy enfadado con exabruptos a quien le insultaba. A mí me daba mucha pena. Creo que le conocen bastantes personas en esta ciudad. Llevaba un gabán grisáceo y un montón de periódicos.

manzacosas dijo...

Hola, PEDRO. En la época a que te refieres hbaía muchos. Pero hoy también les hay. Se les nota menos porque visten como gente normal, pero siguen siendo piyayos.

MMS BURGOS. Estoy contigo.

BIPOLAR. A la paz, hermana. No recuerdo esa imagen que describes. Y te digo lo mismo que a Pedro. Es una opinión un saludo y mucha paz.

Anónimo dijo...

La ultima vez que le vi andaba con cachaba.

Sigue viviendo en San Cosme?

!!!!! Agapito!!!!!

PILAR dijo...

Creo que Bipolar se refiere a Lupita, era auténtico, no me puedo creer que Manzacosas no le conozca.
Por ejemplo, el hombre que se ponía cerca de la Diputación y hacía equilibrios con un paquete de tabaco en la cabeza, toreaba, andaba para atrás, incluso dirigía el tráfico? Nadie se acuerda.

manzacosas dijo...

Hola, PILAR. Esa persona a la que os referís BIPOLAR y tú no la he conocido. Sin embargo, indicas de quien se ponía en la Diputación con un paquete de tabaco en la cabeza y dirigiendo el tráfico. Pues bien, le veo casi todos los días en el Espolón. Ya no llama la atención como antes. Le gustaba llamar la atención, pero es absolutamnet normal. Un saludo

Teresa dijo...

Pilar, sí es Lupita. ¡Pobre hombre¡. Que no es el mismo que el del paquete de tabaco en la cabeza. Ese tenía una pensión por loco (o algo parecido) y todos los días hacía el número delante del espectador.

manzacosas dijo...

Hola, BIPOLAR. Insisto en que a Lupita no le he conocido. Y sobre el otro personaje ya lo he aclarado. Es un hombre absolutamente normal, pero al que le gustaba llamar la atención. Un saludo

Anónimo dijo...

vaya, parece que toda ciudad de provincias tiene su piyayo particular, en Pamplona hemos perdido a uno que nos vendía periodicos atrasados al grito de "se vende el Hola" y la verdad lo echamos de en falta.

manzacosas dijo...

Hola, ANÓNIMO. Pues sí. En toda ciudad que se precie tiene que haber piyayos. Pero tú te refieres más al antiguo tonto del pueblo, y el piyayo que describo es más bien un pasota inteligente. Por cierto, conviene no dejar mensajes como Anónimo. Suelen acabar en la papelera. Un saludo

Anónimo dijo...

El Piyayo.-Rafael Flores Nieto. Málaga 1864-1940/ Artista bohemio creador de los Cantes del Piyayo hoy cantados por todos los artistas flamencos, Fue un hombre digno dentro de su pobreza y a pesar de su vida irregular y anárquica. Era a pesar de todo admirado. José Carlos de Luna, poeta malagueño, escribió el poema "El Piyayo", pero la persona que refleja es otra, un mendigo estrafalario, de todos modos el poema lo hizo famoso en la voz de José Gonzalez Marin, rapsoda de fama mundial. Datos sobre el Piyayo los encontraran en cualquier buscador. Merece la pena leer el poema. MIHAIL

manzacosas dijo...

Hola, ANÓNIMO. Gracias por este comentario sobre el Piyayo. La verdad es que se trataba de una poesía que me hicieron aprender de pequeño en el cole y por eso se me ocurrió decir algo sobr él, si bien, todo hay que decirlo, no tenía ni la más remota idea de quién era. Repito las gracias. Un saludo