MIEL
Decidí levantarme pronto y subir a por miel. Donde sé que la hay, en la aldea que tengo clavada en mi corazón desde mi niñez.
Es una miel espesa, natural y aromática, la mejor que he probado en mi vida, sin menospreciar otras muchas de la zona, que las tenemos, y muy buenas, y que nada tienen que envidiar a las de Alcarria.
La elabora un matrimonio ya mayor. Viven solos. Tienen hijos pero viven fuera, lo que es habitual en nuestros pueblos, si bien van en verano, algo también habitual. Me atendió élla y me preguntó: ¿Ud. es el hijo de Santiago? El hijo de Santiago. Sí. Se crió allí en 1.905, y era hermano de leche de Teófilo, casado con Francisca, fallecida hace cuatro años y prima carnal de la mielera, quien tiene ahora cataratas y la toca operarse en noviembre. En setiembre va la pareja al monte a recoger la miel de las colmenas, tarea que tiene sus riesgos por lo que van solos. Llevan pocos años con lo de la miel, y ojalá duren mucho, porque es exquisita.
En muchas ocasiones ha subido a esa aldea, a sus fiestas, a casa de Quica, a dormir allí, a comer con élla y una pareja amiga que ya la cuidaba en sus últimos años, unas de esas personas desinteresadas de las que todavía quedan en nuestra estúpida sociedad. Y cada vez que voy me doy una vuelta por la iglesia, veo el antiguo horno de pan, donde cocían por turnos, visito el lavadero, donde he visto a las mujeres arrodilladas lavando con un jabón elaborado por éllas mismas, que fundían y luego moldeaban con latas viejas de membrillo. Veo el cementerio, donde está Teófilo desde 1.973 y ahora la Quica. Veo las eras, donde trillaba de chaval detrás de la pareja de bueyes y atento a sus cagadas, que había que recoger con una pala y dejar en un montón de estiércol que luego servía de abono. Cómo pesaba la cagada de buey.
Siempre puede hacerme con una casa allí. Nunca quise, no por vincularme a un sitio, sino por desear ser absolutamente libre. Ahora ya, en edad provecta, no sé si lamento no tener una casa, un refugio, en esa maravillosa aldea. El hijo de Santiago. Qué orgullo me entra cuando oigo esa expresión. Y es que mi padre y yo subíamos todos los años en bici a esa aldea, hasta que falleció. Luego subí solo, casi todas las fiestas. Qué parrafadas he tenido con Quica, con qué sabiduría afrontaba su vida, y qué anécdotas me contaba tanto de mi padre como del pueblo y de la historia de toda la comarca. El hijo de Santiago... Facultad de Medicina.
Decidí levantarme pronto y subir a por miel. Donde sé que la hay, en la aldea que tengo clavada en mi corazón desde mi niñez.
Es una miel espesa, natural y aromática, la mejor que he probado en mi vida, sin menospreciar otras muchas de la zona, que las tenemos, y muy buenas, y que nada tienen que envidiar a las de Alcarria.
La elabora un matrimonio ya mayor. Viven solos. Tienen hijos pero viven fuera, lo que es habitual en nuestros pueblos, si bien van en verano, algo también habitual. Me atendió élla y me preguntó: ¿Ud. es el hijo de Santiago? El hijo de Santiago. Sí. Se crió allí en 1.905, y era hermano de leche de Teófilo, casado con Francisca, fallecida hace cuatro años y prima carnal de la mielera, quien tiene ahora cataratas y la toca operarse en noviembre. En setiembre va la pareja al monte a recoger la miel de las colmenas, tarea que tiene sus riesgos por lo que van solos. Llevan pocos años con lo de la miel, y ojalá duren mucho, porque es exquisita.
En muchas ocasiones ha subido a esa aldea, a sus fiestas, a casa de Quica, a dormir allí, a comer con élla y una pareja amiga que ya la cuidaba en sus últimos años, unas de esas personas desinteresadas de las que todavía quedan en nuestra estúpida sociedad. Y cada vez que voy me doy una vuelta por la iglesia, veo el antiguo horno de pan, donde cocían por turnos, visito el lavadero, donde he visto a las mujeres arrodilladas lavando con un jabón elaborado por éllas mismas, que fundían y luego moldeaban con latas viejas de membrillo. Veo el cementerio, donde está Teófilo desde 1.973 y ahora la Quica. Veo las eras, donde trillaba de chaval detrás de la pareja de bueyes y atento a sus cagadas, que había que recoger con una pala y dejar en un montón de estiércol que luego servía de abono. Cómo pesaba la cagada de buey.
Siempre puede hacerme con una casa allí. Nunca quise, no por vincularme a un sitio, sino por desear ser absolutamente libre. Ahora ya, en edad provecta, no sé si lamento no tener una casa, un refugio, en esa maravillosa aldea. El hijo de Santiago. Qué orgullo me entra cuando oigo esa expresión. Y es que mi padre y yo subíamos todos los años en bici a esa aldea, hasta que falleció. Luego subí solo, casi todas las fiestas. Qué parrafadas he tenido con Quica, con qué sabiduría afrontaba su vida, y qué anécdotas me contaba tanto de mi padre como del pueblo y de la historia de toda la comarca. El hijo de Santiago... Facultad de Medicina.
16 comentarios:
Se puede saber por donde cae esa aldea?
¡Qué relato más tierno y bonito! Seguro que la miel es deliciosa. En Ibiza tambien la compro natural que hacen aquí en Can Xibert. Besotes hijo de Santiago, M.
Hola, MERCHE. Como ves, uno tiene su corazoncito.
MIGUEL. Esto es como lo del viejo chiste, que cuando le preguntan algo al guardia civil, contesta: ¿quién lo pregunta y para quë? Te lo digo porque accedo a tu dirección y me sale una hermosa foto con dos embalses que supongo serán los de Arlanzón y Úzquiza, pero nada más. Ponte en contacto conmigo en mi dirección: manzacosas@gmail.com. Un saludo
Siempre me han gustado las historias de los pueblos.
Aún estás a tiempo de hacerte esa casita,seguro que el hijo de Santiago será bien recibido.
¡qué bonito Manza! si resulta que vas a tener corazoncito y todo... ji,ji,ji, que no te enfades que es una broma de pecadora...
Siempre estarás a tiempo de tener una chabolilla en tu pueblo, lo mejor de todo es que tienes una vinculación natural con él.
A mi me encantan los pueblos y como soy más de ciudad que los semáforos, no se si me adoptarían en alguno... snif, snif, yo también quiero un pueblo, snif, snif....
Ya ni la miel es como antes.
Hola, AXIA. Ten en cuenta que han pasado ya dos generaciones desde la que conoció a Santiago. Mucha gente ha fallecido y los nietos de los de entonces no están por la labor de fijarse en los ancestros. Solo quieren del pueblo de sus padres que les den buen chorizo, lomo y jamón. Pero nada más...
MAFI. Pues claro que cada uno tiene su corazoncito. Siempre hay alguno detrás de las corazas con las que nos protegemos. Por cierto, seguro que entre tus amados asencientes tienes alguno con vinculación a algún pueblo, seguro.
PEDRO. Esta miel no es que sea comos las de antes, es que es de las de antes. Un saludo. Manzacosas
Para miel... la de mi suegro, que hay que cortarla con cuchillo. Sólo te diré que mis hijas, que están acostumbradas a la miel de su abuelo, cuando han probado alguna que se vende con marca comercial no se han creído que fuese la misma cosa ¡Y es que no lo es!
P.S. Leyendo tu post, me he acordado de Miguel Delibes, a quien tanto admiro ;-)
Hay mucha miel china y brasileña en el mercado. Lo que se importa de China suele estar contaminado por un antibiótico (y esto no quiere decir que te cure por dos vías el catarro). En asuntos melifluos, hay que procurar evitar los envases prácticos, precintos de garantía e incluso registros sanitarios.
Me pasa como a Mafaldia: no tengo pueblo. Soy un caso raro para ser de los años sesenta, porque ni mis padres y creo que ninguno de mis abuelos nació en un pueblo. Así, que ni pueblo, ni buena mil. A veces hasta tomo la porquería esa de mil flores...
Si, por parte de madre con uno Navarro y por parte de padre con uno manchego, y yo en Burgos... en fin, la desvinculación es evidente... snif, snif, snif
Manza hoy tu relato es tierno como pocos, nunca es tarde si la dicha es buena . Y creo que esta lo es.
Yo hoy por hoy tengo la ilusión de tener una casa en el pueblo donde me crié y compartí muchísimas cosas con muchos de los vecinos. Añoro enormemente todo, y espero que pase de ilusión a realidad el poder tener mi casa allí. Y que mis hijas tengan la misma ilusión y vivencias que yo.
De allí he llegado hoy de despedir a mi segundo abuelo con 94 años .Amigo de la familia y de mi abuelo. Una historia larga pero muy bonita.
La verdad ,al leer tu entrada , me han venido tantos recuerdos a mi mente.
Un saludo
Hola a todos.
Amigo CAMPILLO. Esta miel también hay que cortarla con cuchillo, y lo que por ahí se vende, ya con marcas, etc., no tiene nada que ver. Por cierto, que también admiro, y mucho, a MIGUEL DELIBES.
UCRA. Tienes razón. Todo eso que vemos alamcenado como miel en los hiper y supermercados son productos que están ahí por presiones de las cadenas de distribución y por precio, pero no se trata de miel.
RAÚL. No desesperes, hombre. Tiene que haber algún ascendiente tuyo en algún pueblo, seguro. No deseperes.
MAFI. ¿Lo vez? Ya tienes a alguien. Y si buscas en la parte navarra, seguro que encuentras, para sorpresa tuya, algún pueblo martavilloso.
FUEN. Me alegra mucho que tengas esas vivencias. esos recuerdos y esa vinculación con nuestros mayores. Tengo la impresión de que en esa sociedad estúpida y urbanita estamos volviendo, incluso por convencimiento, a buscar nuestras raíces, esas auténticas que posibilitaron los pasos que ha dado la sociedad. Quizás no debamos avanzar más, sino retroceder, y buscar, como digo, nuestras raíces y nuestros ancestros.
Un saludo a todos y gracias por vuestra atención. Manzacosas
MANZA Y TODOS TUS BLOGGERS. POR FAVOR LEED MI POST DE HOY (NO HACE FALTA QUE DEJEIS COMENTARIOS SI NO QUEREIS O NO TENEIS TIEMPO)SIMPLEMENTE LEEDLO Y DIVULGADLO. BESOTES, M.
El hijo de Santiago...
(lo que has escrito y lo que dicen los espacios en blanco)...
Manza me has tocado la fibra sensible
Hola, BIPO. el hijo de Santiado. Pues sí. En aquella época a la gente en los pueblos se la conocía por sus ascendientes. Para mí es motivo de orguello que me llamen así. Y me recuerda los felices años de una infancia feliz en una aldea a la acudía todos los años con una ilusión tremenda que mi padre fomentó en mí. Son recuerdos inolvidables. Un saludo
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