viernes, 11 de enero de 2008

HASTA LUEGO, JULIÁN

HASTA LUEGO, JULIÁN

Nos acordamos de tus discursos los 30 de diciembre, después de las alubias rojas, cuando te levantabas y creabas con tu inmensa figura un silencio expectante, que precedía al discurso del Presidente, que no escribías tú, malandrín, pues te los hacía tu negro, callado y expectante, algo que pocos sabíamos. Las citas eran de morirse de risa, y para mí el momento culminante era cuando extendías el brazo derecho y con voz impresionante decías: no te estires, Marín, a cuya voz llegaban de inmediato a la mesa presidencial dos botellas de champán, pues Marín, aunque bajito, también se estiraba de vez en cuando.

Fuimos a Madrid a ver a tu feroz enemigo. En una hora le cautivaste, y pasó a ser tu mejor apoyo en aquella difícil circunstancia que te tocaba enmendar. Y todo con tu simpatía, tu socarronería, la que te ha acompañado toda tu vida.

Pocos años después te cansaste de la ambición, del egoísmo, y fuiste a buscar lo que realmente interesaba, tu paz espiritual, el volcarte hacia los demás pero a lo bestia, trabajando como lo hiciste el resto de tu vida en algo realmente serio, que mereciese la pena, en hacer el bien sin esperar nada a cambio, en ser cristiano de los de verdad, no de los de sacristía.

A tí y a tu compañero os va a recibir, Arriba, aquella monja vieja, fea, arrugada, a la que fuisteis a ayudar, que dedicó toda su vida a crear un sistema de ayuda a los necesitados en tierras orientales. Te presentará al Dueño del Cotarro, le sonreirás y poco a poco, con tu sentido del humor, te ganarás su confianza, y no tardarás mucho en ser su asesor para la selección del personal que espera entrar. Unos irán cargados de recomendaciones, otros de miles de misas, y tú sabrás quiénes merecerán entrar. Sé que no me harás caso, como tampoco me lo hiciste cuando lo del Soro, porque te diría que echases para atrás a tanto beato barato y manipulador que has conocido, y tu cabeza te dirá que tengo razón, pero tu inmenso corazón les permitirá la entrada, abrazarás a todos y les dejarás pasar. Eres así y no vas a cambiar, menos después de lo que has vivido.

Fernando, Juanvi, Miguelo. Lo siento. Sé que estáis como alelados, sin creer la realidad de la gran ausencia de un ser tan querido por vosotros, de un gran amigo.

Por favor, Julián, cuando llame a esa puerta recomiéndame, y a ver si podemos echar un mus con el Jefe, como en los viejos tiempos, cuando nos jugábamos al mus un triste bocadillo. Y no te preocupes, que si el Jefe no sabe jugar, le enseñamos. Hasta luego, Julián. Publicado el 23.8.06, al día siguiente de su entierro.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

No se bien como he llegado hasta aqui, a veces voy saltando enlace tras enlace hasta encontrar algo que me llama la atención, pero esta mañana - se ve que anoche no apague el ordenador - han aparecido Julian y Juanvi en la pantalla del mismo. A través de intermediarios tuve la oportunidad de estar alguna vez ocasionalmente con Julian, y solo puedo decir que su presencia siempre me sorprendia y agradaba....Mis hijas ya tienen edad de no creer en los Reyes Magos...¡que pena¡.........pero el otro dia en la cabalgata le conte a la pequeña un secreto: Uno de los Reyes Magos de Burgos esta en el cielo.

Por cierto magnificas entradas.

Anónimo dijo...

Ya recuerdo como he llegado aqui...a través de un comentario tuyo en el blogofago. Mil perdones ;)

manzacosas dijo...

Sí. Efectivamente, puse este recordatorio de Julián cuando por casualidad ví algo de alguien que ahora no localizo, pero siempre en Blogofago. Pero me alegro de esta coincidencia. Conocía muy bien a Julián. Llegué a conocerle cuando hacía la mili de voluntario en Aviación, y le he seguido y alentado toda su vida. JuanVi era su íntimo amigo, además de primo carnal suyo, cosa que poca gente sabe. Jugaba muy bien al mus. Por cierto que no me gusta nada que se utilice su memoria. Un saludo. Manzacosas. Sigo atento a Blogofago

Pedro Carcedo dijo...

Mira por dónde, leyendo tus jugosas columnas en Diario de Burgos, veo al pié la dirección de tu blog. Entro y me encuentro con "HASTA LUEGO, JULIÁN".Creo que es lo mejor que se ha escrito sobre este hombre irrepetible. A mí también me honró con su amistad.
Seguiré leyéndote.
Un abrazo, hermano.

manzacosas dijo...

También te leo, Pedro. Y me gusta lo que haces por ser constructivo en este mundo cínico y pesetero. Un saludo. Mnazacosas