domingo, 21 de diciembre de 2008

CIUDAD PARADA


CIUDAD PARADA

La nuestra. Más parada que una estación de metro. Desde que la conozco aquí no ha habido más evolución que la ladrillera. Venga ladrillos, venga alturas en los edificios, cemento, especulación pura y dura.

Salvo la Universidad, a la que también se ponen trabas, aquí no se ha movido ni el culo de la gigantilla. No se ven movimientos culturales de fuste, ni cineastas, ni teatreros, hay pocos pintores, pocos poetas o escritores, algún ceramista, algún dulzainero, nuestros escultores lo son de imágenes religiosas, los caminos son el de Santiago o el inventado del Cid, y no hay más música que el Himno a Burgos o el Angelus. Lo dijo Martín Santos: ciudad desilusionante y desilusionada. Lo único nuevo son los patos del río, y encima son depredadores.

Y todo son lamentaciones, que si no ha habido empuje, que si tal o que si cual. Todo lamentaciones. Y lo poco que se mueve o es la Casa de Europa o la de Salamanca, o los rotarios. Por cierto ¿dónde están los masones?

¿Razones para la inmovilidad? La comodidad. Y es que es muy cómodo vegetar, comprar un piso, un coche, hacerse de la Depor, de un club de tenis o de golf, criar hijos, darles oficio o carrera y esperar el santo advenimiento. Lo demás ni existe.

Hace años se entrevistó a uno de nuestros pintores, y hablaba amargamente de la quietud de esta sociedad, pese a quererla. Pues se le puso a parir, como si fuese un ingrato cuando en realidad pretendía infundir un poco de ánimo a sí mismo y a los demás.

Mientras nuestros problemas se ciñan a que si el gobierno central se porta mal, que si vienen o no las circunvalaciones, que si se van los militares (lo que viene muy bien a quienes aprovechan los terrenos que dejan), y que si a las procesiones va poca gente, no habrá más que quietud pacífica y religiosa; nuestras aspiraciones se centrarán en la religión, en intentar que no se casen hombres con hombres ni mujeres con mujeres, y en que no se investigue con embriones, no sea que salgan ratones que nos coman los ojitos. Y en lugar de intentar entender a vascos y catalanes, a darles caña. Facultad de Medicina.

6 comentarios:

Unknown dijo...

Como catalana te doy las gracias por la parte que me toca y eso que no soy independentista ni mucho de la "ceba" (quiero decir catalanista furibunda)
La foto de la estación me recuerda los dos días que pasamos en Burgos. Me encontré con gente acogedora, simpática y cariñosa. Me sentí en casa. Y brindé por Manza.
Feliz Navidad.

Anónimo dijo...

¡Otro inédito!

Pedro Carcedo dijo...

Gracias por esta nueva entrada.
Facultad de Medicina.

Teresa dijo...

Cómo echo de menos a Manza...
y qué razón tenías, esta ciudad no tiene empuje.

Merche Pallarés dijo...

Yo igual, querida Bipo, le echo muchísimo de menos. Menos mal que Isabel nos ha regalado con otro de sus maravillosos posts. Muchos besotes, M.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Magnífico texto: hay que ser valientes. Cómo se te echa de menos.