LAS CANGREJADAS
¿Se acuerdan? Sí. Cuando había cangrejos en abundancia, de los buenos, de los nuestros, de los de siempre, de la especie que desapareció sin dejar rastro. Vaya cangrejadas las de entonces. Y además, manjar abundante y popular, del que disfrutaba todo el mundo. Aquello daba gusto.
De pequeños íbamos los del barrio en bici a Fuentes Blancas. Y en el río cogíamos a mano montones de bichos. Los llevábamos a la cantina de Fuentes Blancas, que regentaba Martina, y la dábamos la mitad a cambio de que nos cocinase la otra mitad, que zampábamos volviendo luego a casa contentos y satisfechos. Y eso varios días a la semana.
Ya de mayor recuerdo las maravillosas cangrejadas en La Ventilla, el Polvorilla, el Gaona, la Venta de la Petra, el Pececitos, La Pedraja y tantos y tantos sitios que no recuerdo pero que aseguro haber visitado.
Tan abundante era el manjar que unos listos ambiciosos tuvieron la idea de industrializar aquello para atraer el turismo a mansalva con el reclamo de los cangrejos de Burgos. Pero estaba la administración de por medio. Y como siempre que hay una idea tiene que haber un listo en la administración que la regule, aquí también lo hubo. Tan listo era que tuvo la maravillosa idea de traer cangrejos de fuera para meterles en nuestros ríos y que se reprodujesen en abundancia para poder contentar la demanda prevista. Así se hizo, pero el cangrejo que se trajo de fuera bajo la supervisión del listo aquel trajo la afanomicosis que terminó con nuestros cangrejos.
¿Creen que le pasó algo al funcionario de marras? ¿alguien cree que le quemaron en una hoguera en la Plaza Mayor, como hubiese hecho la Inquisición? Pues no solamente no le pasó nada, sino que le ascendieron y creo que llegó a vivir eternamente. Y hoy está tan regulada por mamá administración la pesca de truchas y de cangrejos que ni las truchas son truchas ni los cangrejos son cangrejos, por mucho que se esmeren los bareros en guisarlos como antes. No es lo mismo, amigos, y no lo será ya nunca. Con lo que, señores reguladores, nadie os da las gracias. Lo sentimos. Facultad de Medicina. Diario de Burgos. 23.9.08
¿Se acuerdan? Sí. Cuando había cangrejos en abundancia, de los buenos, de los nuestros, de los de siempre, de la especie que desapareció sin dejar rastro. Vaya cangrejadas las de entonces. Y además, manjar abundante y popular, del que disfrutaba todo el mundo. Aquello daba gusto.
De pequeños íbamos los del barrio en bici a Fuentes Blancas. Y en el río cogíamos a mano montones de bichos. Los llevábamos a la cantina de Fuentes Blancas, que regentaba Martina, y la dábamos la mitad a cambio de que nos cocinase la otra mitad, que zampábamos volviendo luego a casa contentos y satisfechos. Y eso varios días a la semana.
Ya de mayor recuerdo las maravillosas cangrejadas en La Ventilla, el Polvorilla, el Gaona, la Venta de la Petra, el Pececitos, La Pedraja y tantos y tantos sitios que no recuerdo pero que aseguro haber visitado.
Tan abundante era el manjar que unos listos ambiciosos tuvieron la idea de industrializar aquello para atraer el turismo a mansalva con el reclamo de los cangrejos de Burgos. Pero estaba la administración de por medio. Y como siempre que hay una idea tiene que haber un listo en la administración que la regule, aquí también lo hubo. Tan listo era que tuvo la maravillosa idea de traer cangrejos de fuera para meterles en nuestros ríos y que se reprodujesen en abundancia para poder contentar la demanda prevista. Así se hizo, pero el cangrejo que se trajo de fuera bajo la supervisión del listo aquel trajo la afanomicosis que terminó con nuestros cangrejos.
¿Creen que le pasó algo al funcionario de marras? ¿alguien cree que le quemaron en una hoguera en la Plaza Mayor, como hubiese hecho la Inquisición? Pues no solamente no le pasó nada, sino que le ascendieron y creo que llegó a vivir eternamente. Y hoy está tan regulada por mamá administración la pesca de truchas y de cangrejos que ni las truchas son truchas ni los cangrejos son cangrejos, por mucho que se esmeren los bareros en guisarlos como antes. No es lo mismo, amigos, y no lo será ya nunca. Con lo que, señores reguladores, nadie os da las gracias. Lo sentimos. Facultad de Medicina. Diario de Burgos. 23.9.08
14 comentarios:
yo esto lo he leído antes...
Pues vaya faena!! me hubiera encantado probar esos cangrejos autóctonos... mira que me gustan los bichillos, chuip, chuip...
Los del Gaona ( el antiguuo y aun sin dividir) eran soberbios. Pero los de mi madre eran GLORIOSOS ¡¡
Ay Manza me he reido un montón... Y me ha hecho recordar cuando volví a Toronto en los 80, había una comunidad vasca bastante numerosa que celebraban el Aberri Eguna en uno de los parques, con la ikurriña colgando de uno de los pinos. Uno de ellos siempre cocinaba unas cangrejadas maravillosas porque los canadienses no los comían y los rios estaban REPLETOS de estos moluscos. Por cierto en esos encuentros recuerdo que venían vascos de los USA (parientes de algunos que vivían en Toronto), descendientes de los famosos pastores que fueron al oeste de ese país a principios de siglo que solo hablaban euskera e ¡inglés! Me hacía mucha gracia... Pero sobre todo me acuerdo de las cangrejadas maravillosas y lo bien que nos lo pasabámos sin temor a que aparecieran los grises... Besotes, M.
¿Cual era el pececitos????
MAFI. Esto lo habrás leído en el Diario de Burgos del martes 23. si es que no os fijáis....
BRGS. Los del Gaona y los de todos los sitios. Pero seguro que como los de tu madre no les habría. Las cocineras castellanas tienen una mano especial para este tipo de guisos.
MERCHE. Es curioso que no fuesen apreciados en Canadá. Claro que allí los salmones y las truchas serían las predilectas.
Gracias y un saludo
Echo de menos las cangrejadas, las moras de zarza,los baños en cualquier río... todas esas cosas que antes nos daba gratis la naturaleza hasta que los listillos lo han ido destruyendo con el permiso de todos nosotros.
Aun recuerdo el olor de cuando la madre los guisaba, ahora nada que ver.
Del Pisuerga.
Saludos
Hola. BLOGÓFAGO. El Pececitos estaba en Tardajos, donde salían unos cangrejos estupendos del Arlanzón hasta que la depuradora jodió el invento. Estaba a la derecha según se va. Hoy sigue siendo un bar, pero....
FUEN. Los de Aguilar de Campó, Alar del Rey y toda esa zona eran unos cangrejos estupendos, buenos y gorditos. Eran maravillosos. No me extraña que añores los de tu madre...
PEDRO. Para mí el proble estaba en que los listillos de la admionistración hacían cosas sin sentido pero para justificar el tiempo que empleaban, no por otra razón. Por cierto que eso continúa igual.
Un saludo a todos y muchas gracias
O peor...
Ya ve usted, a mi que sean americanos no me afecta. Eso sí, el rojo me da calambre, así que si me pinta cada uno, colita y bigotillos incluido, de color azul, no le pongo ninguna pega. Si es tan amable de pintar una gaviotilla en el cascarón de la cabeza...sería sublime
En aquellos días, metías el codo al río y lo sacabas rodeado de cangrejos. MI madre hacía una salsa de rechupete y ¡¡¡los repartía a los vecinos!!! porque había muchísimos... pero a mi me daba una rabia...
Qué colita más sabrosa...
No me digas Manza, que tienes un amigo vasco con un vivero de estos cangrejos, porque si es así me lo presentas, soy capaz y todo de fregar.
Hola, PEDRO. Pues puede que sea peor. En todo caso es una lástima
OBISPA. No me extraña que la vayan los bigotillos y el color azul. Seguro que añora Ud. ciertos tiempos pasados. Tampoco me extrañaría que la gustase esos buitres del mar.
BIPO. Ya te digo, que de chavales íbamos al río y nos poníamos las botas. Mi amigo donostiarra no tiene un vvivero de cangrejos, qué mas quisiera yo, pero concina unas kokotxas deliciosas.
Un saludo a todos
Pues leyendo tu entrada me ha venido a la cabeza una canción de nuestro burgalés Tuco: "desde que se inventó la máquina de cortar jamón, ni el jamón sabe a jamón ni el coño sabe a coño...Yo tengo una piraña en el bidé".
Aparte de esta tontería, tengo que decir que de niña iba con mi padre a coger cangrejos al atardecer, en el río de Trespaderne, que como está el Ebro y el Nela, ahora mismo no me acuerdo cual era. Lo que sí recuerdo es que los cocinaba él mismo y me encantaban.
Tengo que decir que este verano he probado unos cogidos por la zona de Palencia y estaban de muerrrrrrrrrrte.
Un abrazo, Señor Manzacosas.
Hola, PILAR. ¿Que cuál de los dos rìso era? Difícil saberlo, porque confluyen precisamente en Trespaderne. Lo màs probable es que fuesen del Ebro, con màs caudal y màs profundidad, y desde luego eran riquísimos. Recuerdo por cierto que en el Nela pesqué mi primera trucha, asalmonada y con un kilo de peso, allá por finales de los 50. Ha lloovido. Un saludo
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